12 Hábitos De Las Personas Ahorrativas
Autor: Sebas Celis
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Ser una persona ahorrativa, implica hacer el mejor uso posible de tu dinero; no siendo tacaño, sino pensando tanto en el presente, como en el futuro.
Realmente las personas ahorrativas se diferencian de aquellas personas tacañas, porque no es que siempre busquen ahorrar en todo, y comprar lo más barato, y guardarse todo el dinero que puedan…
A diferencia de los tacaños, ellos sí buscan por ejemplo calidad, o que el uso de su dinero vaya en pro de darles una mejor vida.
Una persona tacaña, probablemente se puede hacer muy rica, incluso millonaria, y nunca disfrutar su dinero.
Una persona ahorrativa, por el contrario, lo que hace es que cuando ahorra, piensa que ese dinero que no se gasta hoy en cosas innecesarias, le sirve más adelante para conseguir un estilo de vida del cual se sienta orgulloso y pueda disfrutar.
Por ejemplo, la persona tacaña que busca siempre pagar por el trabajo de quien le cobre lo menos posible… Se lo hace mal hecho y luego le toca buscar a alguien que corrija el error de la persona que le cobró barato, y lo haga bien hecho, y termina pagando el doble o hasta más.
Para ser una persona ahorrativa hay que ser honesto con uno mismo, saber en qué cosas podemos ser flexibles, saber qué cosas realmente son nuestros gustos, o nuestras aficiones, y en eso no queremos recortar.
Tenemos que ser flexibles y ajustarnos también a los cambios que haya en las circunstancias de nuestro trabajo, de la vida, del lugar donde vivimos, de las situaciones socio-económicas, y muchas otras cosas más.
Y precisamente adaptarnos significa también no ser víctima de la inflación al estilo de vida en caso de que nuestros ingresos aumenten; y ser muy consciente en todo momento de cuánto estamos ganando, y cuánto estamos gastando, y si es inteligente o no el uso que le estamos dando a nuestro dinero.
Por supuesto, también saber identificar la diferencia entre deseos, gustos y necesidades.
Parece que para ser una persona ahorrativa se necesitan muchas cosas que algunos naturalmente no tenemos… Pero, aunque hay algunos a quienes se les da tan naturalmente, realmente podemos acoplarlo en nosotros a través de ciertos hábitos.
Hábito #1: Tener Metas
Sin metas es muy difícil que tú sepas cuánto dinero debes ahorrar para poder conseguir lo que deseas conseguir.
O la vida que has soñado, sin importar lo lejos que parezca; empezando desde tus propias posibilidades pero teniendo ese objetivo claro como el agua.
Hábito #2: Tener Una Lista De Compras Futuras
Esto permite varias cosas:
- Por un lado, que no hagas compras impulsivas; porque si no está dentro de tu lista, es algo que no necesitas.
- Lo segundo es que probablemente será mucho más sencillo estar atento a ofertas, descuentos que hagan en lo que tú necesitas comprar y ahí si valga la pena aprovecharlo.
Hábito #3: Preparar Nuestra Propia Comida
Obviamente no siempre. Hay momentos en los que podemos disfrutar una buena comida en un restaurante, o alguna preparación en una cafetería, o alguna cosa; una celebración con amigos, una reunión, un cumpleaños, en fin.
Pero el problema es cuando esto se convierte en un hábito constante y nos saca dinero de nuestro bolsillo todo el tiempo.
Una persona ahorrativa sabe cómo preparar sus alimentos y hacerlo de manera que economice dinero, aún dándole lo mejor a su cuerpo en cuestión de alimentación balanceada.
Hábito #4: Cuestiona Todo Respecto A Precios
Ofertas, precio por gramo y muchas otras cosas.
Porque sabe que ese dinero en vez de gastarse en un producto que es exactamente igual a otro que cuesta menos, le sirve para construir su patrimonio a futuro, y es supremamente consciente de la relación calidad-precio.
Hábito #5: No Tiene Problema En Comprar Productos De Segunda Mano
Porque sabe que puede ser perfectamente útil.
De hecho, la cámara con la que yo grabo actualmente, la compré de segunda y estaba como nueva.
Así que, en ocasiones tiene sentido y uno se puede ahorrar 20%, 30%, hasta 50% del precio, dependiendo de la persona, el mercado, el producto, las circunstancias.
Hábito #6: No Compra «Baratijas»
Es decir, no vamos a buscar ahorrar dinero, consiguiendo productos de baja calidad que se dañen rápidamente y que luego toque reemplazarlos por otros que sí salgan buenos.
Porque en últimas, lo que vamos a hacer no es ahorrar, sino gastar más.
Por supuesto si compramos algo cuyo precio es bajo y su calidad es alta, esa es una buena oferta que hay que tener en cuenta.
Hábito #7: Es Negociante, No Le Da Pena Pedir Rebaja
Llama a Movistar, a Claro o a Tigo, a decir «ey, mi plan está muy caro, no tengo cómo pagarlo, ¿qué hacemos?«, y ellos le ofrecen una mejor oferta, incluso a veces por los mismos beneficios.
Hay ocasiones en las que no es justo pedir rebaja porque la persona está cobrando el precio correcto por sus servicios, por su trabajo, por sus productos.
Pero hay otras ocasiones en las que sabemos que hay un margen de utilidad realmente mucho más alto.
O cuando hablamos de grandes empresas en donde muchísimas personas no hacen esa negociación y siempre pagan lo más costoso, y ellos ganan a costa de eso.
Hábito #8: Busca Que Algo Que Compre, Sea En Reemplazo De Otra Cosa
No siempre, pero a veces aplica que por ejemplo queremos comprar un celular nuevo, entonces vamos a reemplazar el viejo y en este caso buscamos venderlo.
Lo que significa que lo hemos cuidado lo suficiente para que tenga un buen valor de reventa, y esto hace que el precio del nuevo producto sea mucho menor de lo que aparentemente es.
Esto es algo que yo aplico personalmente con mis equipos de trabajo: Cámaras, lentes, computadores y demás.
Que son súper costosos para la mente de la persona que no está preparada; pero cuando analizamos el valor de reventa de un equipo que llevo 3 años usando y que me representa un 50%, 60% o hasta 70% del precio del otro equipo nuevo que voy a adquirir para reemplazarlo, ahí es donde realmente tiene sentido.
Hábito #9: Se Pregunta Cuál Es El Mejor Uso Que Puedo Darle Al Dinero En Este Caso
«¿Tiene sentido hacer esta compra?, ¿es un deseo?, ¿es una necesidad?, ¿es algo que verdaderamente me va a beneficiar?, ¿voy a usarlo?«
Por ejemplo si compras un traje elegante que te cuesta $100 dólares, y lo usas dos veces: Cada uso te costó $50 dólares.
Probablemente puedas conseguirlo alquilado por $20 o $30 dólares cada vez, con lo cual te ahorrarías la diferencia.
Y esta es la clave: Las personas ahorrativas terminan a veces viviendo las mismas experiencias positivas de vida, que las personas que gastan dinero innecesariamente, sólo porque planean más inteligente cómo usar su dinero de forma sabia.
Hábito #10: No Se Gastan El Dinero Que No Han Recibido
A veces por circunstancias de la vida, estar endeudados o tener pocos ingresos, es necesario decir «listo, la próxima semana me llega la quincena, tengo que pagar esto, esto y esto, y está bien».
Pero hay gente que no ha recibido dinero, ni siquiera sabe cómo va a conseguirlo, y ya está pensando en cómo lo van a disfrutar. Ya prácticamente se lo gastaron, sin haberlo recibido.
Es más, algunos utilizan su tarjeta de crédito y la ponen a cuotas, con dinero que saben que recibirán en unos meses, para gastos que no les representan ningún beneficio financiero o rentabilidad, lo cual no está bien.
O peor aún, pidiéndole dinero prestado a amigos; o incluso gastándose el dinero del arriendo, de los servicios, o de la alimentación.
Hábito #11: Evitan Los Gastos Hormigas
Todo sobre este tema, puedes aprenderlo en este artículo: Gastos hormiga.
Hábito #12: Viven Por Debajo De Sus Posibilidades
Aunque pudieran gastar más dinero, y disfrutar un estilo de vida más pomposo realmente; saben que no todo es pensar en el presente, y piensan en parte en su futuro.
Así como no todo es pensar en el futuro, y piensan en parte en su presente.
Equilibrar, distribuir en lo que es la diversión de ahora, disfrutar el dinero y que valga la pena trabajar hoy en día (porque nadie nos garantiza que estemos vivos mañana); y también pensar en el futuro, en el sentido de ir construyendo paso a paso, una vida de la cual estemos orgullosos más adelante.
De manera que cuando ya estemos en una edad en la que no podamos trabajar, o no queramos trabajar, todo lo que hicimos en nuestros años de juventud realmente valga la pena.
Porque tanto disfrutamos, como ahorramos.
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