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ANTES De PRESTAR Dinero Ten En Cuenta Estas 10 RECOMENDACIONES

Autor: Sebas Celis

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Prestar dinero a un amigo o familiar puede ser una buena idea, o puede resultar terrible.

Por un lado, esa persona podría no tener la facilidad de obtener un crédito con un banco, o apenas estar iniciando su historial crediticio. E incluso estar reportado. Pero contar con la posibilidad de pagar sin problema.

Por otro lado, podrías cobrar intereses (idealmente por debajo de lo que cobra un banco, para ser justos con la persona) de manera que te represente un beneficio el despedirte de tu dinero temporalmente.

Sin embargo, todos conocemos casos en los que prestar dinero ha sido una mala decisión (incluso, algunos lo hemos vivido en carne propia).

Así que aquí van algunas sugerencias:

Ser muy selectivo respecto a quién le prestas dinero: Sobra decir que debe ser una persona de confianza, o si te quieres dedicar al negocio de prestar dinero a interés, contar con un mecanismo de evaluar el riesgo.

Respecto a amigos y familiares, es importante preguntarles de dónde saldrá el dinero, en cuánto tiempo pagarán y cuáles serán las condiciones específicas.
Puede sonar lógico pero sólo prestar un monto de dinero acorde a tu realidad financiera: Muchas personas con la ilusión de ganar intereses, prestan más de lo que pueden permitirse (dado el caso de que el deudor no pueda pagar). Y si algo sale mal, se ven en problemas.

No se trata de prestar pensando en que se va a perder el dinero, pero sí como mínimo poder amortiguar una situación difícil en caso de que se de.
Conocer el destino del dinero del préstamo: Es muy diferente prestarle dinero a alguien para cubrir una emergencia, que para pagarse unas vacaciones. Esto debería darte una idea de las prioridades y buen manejo del dinero del deudor.

Es posible que la persona que te pida dinero prestado tenga malos hábitos financieros, y el hecho de que tú le prestes sólo empeore las cosas.
Preguntarte ¿Esta persona haría lo mismo por mí si yo lo necesitara?: Si la respuesta es no, puedes estar casi seguro que no es una buena idea prestarle dinero. Incluso si es un familiar cercano.
Preguntarte ¿Tienes que posponer tus propios planes para poder prestar el dinero?: Idealmente todo debería seguir con normalidad luego de que tú prestes dinero. Si te afecta al punto de no cumplir tus objetivos o posponerlos, es mejor no prestar.
Preferiblemente no endeudarte para prestar: Incluso si los intereses que te pagan, son más altos que los que debes pagarle al banco. Porque estás adquiriendo una obligación a tu nombre y depositando esa responsabilidad en tu amigo o familiar.

Idealmente siempre que prestes dinero debería ser tu propio dinero. Los que manejan deudas para prestar, son quienes tienen más experiencia y se dedican de lleno al negocio.
Evaluar si existe alguna alternativa: Probablemente no eres la única opción. Por lo que a veces es mejor asesorar a la persona respecto a cómo conseguir el dinero, que prestárselo (depende de cada caso particular).

También podrías ofrecerle la opción de pagar con trabajo o ayuda (por ejemplo con los niños, o algo similar).
Dejar por escrito el acuerdo: No necesariamente firmado, pero que quede un registro firme de qué fue lo que se acordó. Porque muchas veces pasa que semanas o meses después al momento de pagar, se tergiversan las condiciones y se cae en discusiones innecesarias.
Si hay un plan de pagos, anotar cada movimiento: Por ejemplo, si en vez de devolver el monto total prestado en cierta fecha se pactan cuotas, se debe determinar los días de pago (normalmente con 1 semana de gracia) y cada que se realice efectivo un pago, se apunta y se deja registro para luego evitar confusiones.

Con esto también se le facilita al deudor tener claro cuánto le falta para saldar el total.
Pedir una garantía: Igual que lo hacen los bancos, podrías solicitar un objeto de valor o algo similar, que sirva de garantía en caso de que la persona no pague.

O como motivación, por si la situación se pone difícil, de manera que únicamente se lo devuelvas cuando te pague la totalidad de lo adeudado incluyendo cualquier interés pactado.

Evidentemente, el elemento de garantía debería ir en igual o mayor proporción al valor del préstamo.

Aún a pesar de que hagas todo bien, puedes perder tu dinero: Simplemente existen los imprevistos, y no todo siempre sale como lo esperamos. Incluso aquellas personas que tienen la mejor intención de pagar, pueden verse en dificultades inesperadas.
Debes estar dispuesto a asumir esos casos y de ser posible, ayudar a la persona a restablecer su situación para facilitar que pueda pagarte.

Se dice que a veces el dinero daña amistades o relaciones con familiares.

Pero no es el dinero en sí, sino la falta de claridad respecto a los acuerdos, la comunicación, transparencia y claridad de las condiciones.

Y por último, aunque decir “No” es difícil y mucha gente se lo toma mal, es mejor hacerlo y no arriesgar tu dinero si luego de analizarlo, lo consideras un riesgo innecesario.