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La Estrategia Definitiva Para Salir De Deudas Más Rápido Y Pagando Menos Intereses

Autor: Sebas CelisAutor: Sebas Celis
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En este artículo vamos a ver la estrategia para salir de deudas en el menor tiempo posible, y pagando la cantidad mínima viable de intereses.

Entonces, vamos a dividir la estrategia en 5 partes importantes.

Cada una de ellas tiene, básicamente, su fundamento en una estrategia que vamos a denominar: La estrategia de aceleración de pago de deudas.

En otras palabras, si tenemos varias deudas (o incluso una sola deuda) y estamos pagando mensualmente el pago mínimo, evidentemente nos vamos a demorar cualquiera que sea el plazo establecido o estipulado por el banco.

Si queremos salir de deudas antes, vamos a tener que pagar un poco más que lo que tiene el pago mínimo.

Esto quiere decir que necesitamos organizar nuestras finanzas personales.

Paso #1

El primer paso para ello es saber exactamente, incluso con centavos, cuál es el monto total adeudado.

Necesitamos sumar todas las deudas, las de tarjetas de crédito, las de automóvil (si aplica), hipotecas, préstamos personales, créditos de libre inversión (cualquier cantidad de deudas que tengas, no importa): vamos a empezar por ser conscientes, exactamente, de cuánto es ese monto total.

De hecho, empieza por tomar lápiz y papel para hacer este ejercicio de forma escrita.

Luego vamos a hacer una clasificación de cada una de las deudas según su monto, el saldo a capital que tenemos en este momento, la tasa de interés, los cobros o tarifas adicionales que tenemos.

Por ejemplo, si hablamos de una tarjeta de crédito, pueden ser cuotas de manejo, o podemos hablar de los seguros de vida, seguros de cuota o deudores que tienen algunos créditos de libre inversión, incluso algunas tarjetas de crédito; hablamos de si por ejemplo tenemos un seguro para el automóvil que viene obligatorio en el crédito de vehículo; y cualquier otra tarifa o cobro que tengamos en cualquiera de estos créditos o préstamos que tenemos que pagar.

La idea es que tengamos una lista (obviamente si tienes una sola deuda no aplica lo de la lista, solamente sería un elemento), que por cada una de las deudas que tengas, tengas presente exactamente la tasa de interés (que es lo más importante), las tarifas y cobros adicionales, cuánto es el pago mínimo mensual y cuánto es el monto total adeudado.

También puede que sea útil saber a cuántos meses deberás pagar esa deuda para saldarla por completo si se paga el pago mínimo.

Paso #2

Ahora, la segunda parte es identificar tu excedente.

¿A qué me refiero con el excedente? Me refiero a que tú, idealmente (de lo contrario podrías declararte en bancarrota) estás recibiendo ingresos.

Ya sea ingresos de tu trabajo, de tu negocio, ingresos extras (cosas que estés haciendo para generar estos ingresos).

Evidentemente todos tenemos gastos, como el gasto de un alquiler (o, justamente si es la hipoteca), pero vamos a incluir entre los gastos, o costos a deducir de estos ingresos, los que sean deudas como tal.

Por ejemplo la alimentación, el transporte, la educación de los hijos (si aplica), y todo lo que simplemente sea obligatorio y absolutamente necesario mensualmente.

Entonces tenemos un ingreso y tenemos unos costos fijos (de los cuales no podemos deducir prácticamente nada) y vamos a quedar con un excedente.

De este excedente es que podemos dedicar dinero a pagar las deudas, tanto a pagar los pagos mínimos (los saldos mínimos) mensuales que tengan algunas de ellas, como pagar adicional abonos a capital a esas deudas.

Claramente, mientras más alto sea excedente, más vamos a poder acelerar nuestro proceso de pago de deudas, más rápido vamos a poder terminar de pagar esas deudas.

Las únicas 2 maneras de incrementar este excedente (o el dinero que nos sobra cada mes, luego de gastos fijos y básicos) son: aumentando nuestros ingresos (ya sea con ingresos adicionales, pidiendo un aumento en el trabajo, haciendo algo en el negocio que nos traiga fuentes de ingreso adicionales, o tratando de hacer algo aparte), o reduciendo nuestros gastos.

Ahora, la verdad es que en reducir los gastos siempre hay un límite, yo puedo cambiar de supermercado, comprar productos más baratos, andar en bicicleta en vez de automóvil, muchas cosas; pero llega un punto en el que no puedo reducir más.

Aquí es bueno considerar también algunas cosas, que más adelante te voy a mencionar, para que esto sea un poquito más llevadero; pero el caso es que vamos a identificar una cifra o un monto mensual promedio de cuál es tu excedente.

Supongamos que te ganas unos $2.000 dólares y tienes unos gastos de $800 dólares mensuales, entonces tu excedente sería de $1.200 dólares que puedes dedicar y priorizar para tus deudas.

Paso #3

Así que la tercera parte de esta estrategia incluye escoger una forma, o una solución, de aceleración de pago de deudas.

La verdad es que tradicionalmente siempre ha habido dos maneras de lograrlo para las personas que tienen más de una deuda y diferentes deudas (tienen diferentes condiciones, tasas, montos y demás).

Estrategia De Avalancha

Una de ellas es la estrategia de la avalancha, que implica: ordenar las deudas de mayor tasa de interés, a menor tasa de interés, pagar el pago mínimo en todas las deudas excepto la de más alto interés, y en esa abonar toda la cantidad de dinero que quede después de hacer los demás pagos según tu excedente.

¿Qué quiere decir esto?

Que esta es la estrategia que matemáticamente te permite pagar las deudas en el menor tiempo posible, pagando la menor cantidad de dinero posible en intereses.

No hay forma matemática de superar esta estrategia, porque la otra que existe, la otra estrategia, se llama «bola de nieve».

Estrategia Bola De Nieve

Esta implica que vas pagando primero las deudas más pequeñas, sin importar la tasa de interés ni demás.

Supongamos que recibes esos $1.000 dólares mensuales y uno de los pagos mínimos de las dos deudas que tienes (por decir un ejemplo) es de $400 dólares y la otra es de $100; pero entonces resulta que la deuda en la que pagas $100 dólares mensuales es de $500 en total…

Tú podrías, en teoría, pagar esa deuda y eliminarla de tu sistema de inmediato en el primer mes (si le vas a dedicar esta cantidad) y quedar solamente pagando la otra; resulta que si la otra deuda más grande, cuyo pago mínimo es $400 dólares, tiene una tasa de interés más alta, al final del tiempo vas a terminar pagando más intereses en total si cancelas la deuda pequeña de primero.

¿Por qué? Porque el dinero fuera del pago mínimo que dedicas a una deuda (o sea, todo los que son abonos extraordinarios al saldo, al capital de la deuda por fuera del pago mínimo) se invierten mejor en las deudas de mayor interés, porque se reduce más el tiempo y el plazo de la deuda que te va a salir más cara.

Entonces, la verdad es que la estrategia de avalancha es la más efectiva, es matemáticamente imposible superarla de cualquier otra manera.

No hay forma en que tú puedas pagar más rápido y con menos intereses tus deudas.

Pero la gran mayoría de la gente no la escoge, por el contrario, tienden a escoger más la de la bola de nieve.

Esto es algo irracional, esto es algo que la verdad no tienen ningún sentido hacer (si pensamos en que realmente queremos pagar más rápido y con menos intereses).

Si le preguntas a cualquier persona que esté endeudada si le gustaría pagar en más tiempo y con más intereses, o en menos tiempo y con menos intereses, la respuesta es obvia; pero la estrategia de la bola de nieve siempre te lleva a pagar de más y a demorarte más tiempo.

¿Por qué la gente lo hace? Simplemente porque sienten que están progresando al cerrar deudas rápidamente, al obtener esa pequeña satisfacción de haber cancelado una deuda acá y después otra deuda acá.

Es como en los juegos, cuando empiezas y superas el primer nivel en dos minutos, el segundo nivel en seis minutos y el tercer nivel en 20 minutos, ya luego cuando vas a pasar al nivel 40 puedes demorarte incluso un mes: es una estrategia prácticamente de crecimiento exponencial, pero vas logrando obtener recompensas rápidas en poco tiempo, en el menor tiempo posible.

Eso te puede ayudar, quizás, a mantener la motivación, esta es quizás una de las razones por las cuales la gente lleva a cabo la bola de nieve.

Sin embargo, la educación financiera justamente tiene el objetivo de educarte y de hacerte consciente de las formas en las que puedes perder dinero si no realizas los movimientos y tomas las decisiones adecuadas.

En este caso, la decisión adecuada es llevar a cabo la estrategia de la avalancha.

Se requiere paciencia, constancia y que realmente seas dedicado y juicioso con los pagos, tal cual como lo indica la estrategia (que es simplemente ordenar de mayor a menor las deudas según su tasa de interés, pagar el pago mínimo en todas excepto la más alta, y a esa dedicarle la mayor cantidad de dinero posible que tengas en tu excedente).

Así que, claramente está en tus manos decidir cuál de las dos estrategias escoger.

La verdad es que muchas personas cuando llevan a cabo la estrategia de la avalancha (según estudios y según diversos análisis de personas que llevan a cabo esto), luego de un tiempo terminan solamente pagando el pago mínimo, se sienten desmotivadas porque quizás una deuda pequeña, que pudieran haber pagado hace tiempo, la siguen pagando mensualmente porque su interés es más bajito y están dedicándole más capital a la deuda de interés más alto, y como que no ven progreso.

Sin embargo, puedes incluso hacer el ejercicio, la práctica, de colocar una tabla de Excel (una hoja de cálculo) donde hagas los cálculos de cuánto pagarías mensualmente, y verás que nunca va a ser posible superar la estrategia de la avalancha.

Entonces, esa motivación que uno tiene, esa inercia positiva de ir cancelando pequeñas deudas rápidamente, sale cara.

Es importante que sepas cuáles son tus prioridades, si tu prioridad es ahorrar interés o tu prioridad es, por el contrario, tener una falsa sensación de motivación.

La verdad es que tú puedes crear esa motivación sabiendo que realmente estás tomando la decisión más inteligente al pagar tus deudas con la estrategia avalancha.

Ahora, claramente hay estrategias para reducir los intereses.

Que tengas unas tasas de interés altas en unas deudas y otras bajitas en otras, no significa que esa ya sea la forma final en la que tus deudas van a ser pagadas.

Paso #4

Existe, por ejemplo, la opción de compra de cartera, que es cuando tienes una deuda de cualquier cantidad, te acercas a otra entidad bancaria diferente de a donde tienes esa deuda y les ofreces que te compren esa cartera, esa deuda, que hagan una transferencia de balance y te ofrezcan una mejor tasa para que ellos sean quienes se ganen los intereses que vas a pagar a través del tiempo.

Esto se puede hacer con un crédito de vehículo, con un crédito hipotecario, se puede hacer con un crédito de libre inversión.

Con tarjetas de crédito es más fácil todavía (por lo menos en mi país): con una simple llamada, una tarjeta paga la otra y uno queda debiéndole es a ésta y baja el interés incluso a un tercio de lo que estaba en la otra tarjeta.

A veces, incluso, hay promociones de esas compras de cartera y transferencia de balance a 0% de tasa interés (eso es un poquito más inusual, pero incluso es posible).

Entonces, la opción inicial (antes de comenzar a pagar) debería ser buscar y hacer como un «shopping» alrededor de todas las entidades bancarias, de manera que puedas reducir lo máximo posible esas tasas de interés.

Ahora, aquí muchas personas caen en una trampa, y es en la siguiente:

Supongamos que tengo 7 deudas diferentes (cada una de diferente valor, tasas de interés y demás).

¿Qué es lo que pasa? Yo podría pensar en consolidar todas esas deudas en una sola con una entidad bancaria que me ofrece comprarme toda la cartera completa y me da una tasa de interés que en teoría es buena.

Si por alguna razón yo incluyo alguna de las deudas que ya tienen menor tasa de interés que esta nueva consolidada, ahí voy a perder dinero.

Entonces, yo solamente debo hacer una recolección de cartera o una compra de deudas (una consolidación) si la tasa nueva es menor, en promedio, que todas las tasas de las otras.

Ojo, acá en las tasas de interés hay que considerar algo: las tasas de interés son importantes y es fundamental tenerlas en cuenta, pero hay veces que hay créditos o préstamos por los cuales pagamos seguros, o cuotas de manejo, y a veces no tenemos en cuenta esos costos.

Esta es la razón por la cual te mencioné al inicio que era importante conocer exactamente esas tarifas.

¿Por qué? Porque entonces ahora yo puedo hacer un cálculo de cuánto es la suma de los intereses más los seguros, más las cuotas de manejo, y calcular una especie de «interés efectivo» o de costo porcentual mensual que tengo por cada deuda.

De nada me sirve tener una deuda con una tasa de interés súper bajita si estoy pagando $100 dólares al mes en seguros y en tarifas de cuotas de manejo (porque probablemente es más costoso que una deuda del mismo monto con el doble de tasa de interés, pero sin seguro ni cuota de manejo).

Entonces, es importante que haga estos cálculos de saber exactamente (según mi monto adeudado) qué porcentaje tengo, y que ese sea mi porcentaje por el cual voy a ordenar las deudas de mayor a menor.

También está la posibilidad de negociar con el mismo banco en donde tienes la deuda (o la misma entidad a la que le debes), porque muchas veces es posible hacer un re-diferido, reducir el plazo o aumentar el plazo, o tomar un crédito nuevo para pagar el anterior (suponiendo que reduzca el interés).

Por ejemplo, conocí el caso de una persona que tenía una deuda y podía solicitar un crédito más alto (para quedar, en teoría, más endeudada de lo que estaba antes), pero le bajaba la tasa de interés; lo que podía hacer esa persona, con el dinero restante que iba a quedar, era abonarlo directamente a la deuda en el primer mes (apenas llegara el primer extracto), y entonces lo que hacía era quedar nuevamente con la misma deuda, pero bajaba su tasa de interés.

Puedes averiguar y verificar con tu banco cualquier negociación de este estilo, a ver si es posible.

Por otra parte, en las tarjetas de crédito que ofrecen compra de cartera, la tasa va a depender de la categoría.

Por ejemplo, no es lo mismo la tasa de compra de cartera de una tarjeta de crédito Oro a una Platino o a una Black, o a una Infinite o Signature.

La verdad es que mientras más alta sea la categoría hay mejores beneficios, y en algunos bancos eso significa mejor tasa de interés para compra de cartera.

Paso #5

Entonces, en la quinta parte de esta estrategia vamos a tener algunas recomendaciones generales para que puedas facilitar un poco el proceso de pagar las deudas.

La primera de todas claramente es: no adquirir deudas adicionales, ya sea que necesites dinero y tengas que controlarte un poco; que la compra compulsiva se elimine por completo; que empieces a adquirir realmente la mentalidad de ahorrar y de reducir tus gastos un poco; de que si tienes deudas de tarjetas de crédito dejes de usar esas tarjetas de crédito hasta que no las hayas pagado por completo y desde este momento empieces a utilizar, por ejemplo, tu tarjeta débito o pagar en efectivo.

Ya cuando tengas saldadas tus tarjetas de crédito, con la estrategia que mencionamos, básicamente ahí la puedes empezar a utilizar como si fuera una de débito, comprando con ellas únicamente aquellas cosas para las cuales tendrías el dinero en tu cuenta (de ahorros o tu cuenta corriente) o incluso en efectivo.

¿Para qué usar lar tarjetas de crédito? Simplemente por todos los beneficios que tenemos.

Sin embargo, es importante que tengas en cuenta la estrategia de utilizar una tarjeta de crédito como débito, para que no vuelvas a caer en el mismo problema de las deudas.

Antes bien, que las tarjetas de crédito (con todos sus beneficios, con todas sus características) te sean de ayuda y no vayan en contra tuya y te salgan tan caras.

Por otra parte está vender lo que no usas.

La verdad es que muchas veces podemos revisar en toda nuestra casa y encontrar algunas cosas que hace mucho tiempo no utilizamos, o ni sabíamos ni recordábamos que teníamos.

Si se pueden vender (quizás no a precios increíbles pero que se le pueda recuperar algo de dinero), con ello vamos a ir abonando a esas deudas y mejorando un poquito esa calidad de vida que vamos a recuperar una vez tengamos el ingreso completo disponible para distribuir en lo que realmente necesitamos.

Cuando ya podamos adquirir esa inteligencia financiera de tomar mejores decisiones con el dinero, vamos a considerar que esas cosas que vendemos son una inversión para más adelante tener incluso mejores cosas, que sean realmente útiles para nosotros.

En este mismo sentido, podemos pensar no solo en los objetos o productos, sino en los servicios.

¿Qué tanto necesitas, realmente, televisión por cable (o Netflix, o un servicio de música)?

La verdad es que muchas personas consideran que estos servicios son indispensables, obligatorios; pero dependiendo de la cantidad que estamos gastando en ellos y dependiendo de si cancelarlos me puede servir para pagar las deudas yo puedo considerarlo, algo temporal.

¿Todo esto me sirve para qué? Para darme cuenta que endeudarme de esa manera no fue una buena decisión, quizás pude haber hecho algo antes de tomar la decisión de endeudarme que hubiera mejorado un poco esa situación, y voy viendo cómo tengo que pagar las consecuencias.

De manera que en el futuro, cuando tenga una nueva deuda por asumir o una decisión de si adquiero una deuda, lo voy a pensar más concienzudamente.

Por otra parte, también es fundamental que realices un seguimiento estricto de todos tus ingresos y gastos por categorías, cuánto se va en comida; pero de la comida cuánto se va, por ejemplo, en pagar por un café en la calle, en un centro comercial, cuánto se va en comida rápida, en cenar en un restaurante, en idas al cine, en comidas dentro del cine (que tienden a ser tan costosas); y en muchas otras categorías que realmente te pueden estar costando lo que llamamos «gastos hormiga» y te pueden estar sacando de tu bolsillo (de tu cuenta, de tus tarjetas) más dinero del que deberían.

¿Cuánto? Solo lo puedes descubrir si haces un seguimiento estricto de todos tus gastos y también de todos tus ingresos.

Muchas veces las personas hacen un poquito de dinero aquí y otro acá, y fuera del salario realmente no se imaginan cuánto están ganando.

Muchas personas ni siquiera saben exactamente cuál es el monto total que reciben al mes, especialmente si reciben más de un pago (por ejemplo quincenal, o hasta semanal).

Identificando estos gastos también podrías identificar si, por ejemplo, es posible que cambies de operador de telefonía, de cable, o de proveedor de servicio de internet (ya que puede que haya un plan más económico con la misma velocidad); o pensar, si es posible, reducir un poco la velocidad del internet y que no te afecte mucho; o simplemente analizar mejores opciones, más económicas, que te brinden prácticamente los mismos beneficios.

Por último, obviamente, está la opción de generar más ingresos.

El caso es que generar más ingresos, ya sea con otro empleo diferente, con un aumento en tu empleo actual, con tu negocio, creando una nueva línea de productos, haciendo una promoción a tus clientes actuales o trabajando para generar ingresos extra como freelancer, o buscándote cualquier opción que realmente te permita ganar dinero.

Ojo con caer en las trampas de las pirámides, de los multiniveles (de ganar mucho dinero con prácticamente nada de trabajo, pero con algo de inversión), porque aquí la idea es maximizar el potencial que tienes de actividad y de trabajo, no de tu dinero, porque tu dinero debería irse dedicado primero directamente a las deudas, antes de que puedas aprender a apalancarte y a dominar el tema de la inversión.

¿Por qué? Porque si cometes un error (lo cual es muy probable, y a todos nos pasa cuando estamos empezando en ese camino) vas a quedar aún más endeudado, y eso no es parte de esta estrategia como tal.

Sea como sea, siempre la mentalidad es de: incrementar tu excedente para poder dedicarle eso a tus deudas.

Luego de que vayas a adquirir una deuda, realmente tengas presente todas las condiciones y sepas, de ante mano, qué tanto te pueda afectar en tu vida y si estás dispuesto, o no, a aceptarlo.

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